Así denominamos a aquellos perros o gatos que entran en nuestras instalaciones y que sus características “demasiado normales” o tan poco especiales les hacen parecer seres invisibles ante los ojos de cualquier adoptante y que ya en el momento de su entrada sabemos que tienen muy pocas posibilidades de adopción. Dentro de esta categoría se engloban por ejemplo los gatos comunes blancos y negros o los perros mestizos de color negro. Pero son seres reales, que sienten y sufren lo mismo que un lindo gato persa o que un precioso perro de aguas o que un hermoso galgo. moro

Tienen las mismas necesidades de cariño y nos lo demuestran día a día ofreciéndonos sus lametones, sus saltos de alegría y juegos, sus caricias… pero su futuro es muchas veces tan negro como su piel, acabando sus días hechos unos abuelos en un rinconcito o en el peor de los casos en los perros, muriendo en una pelea, ya que al fin y al cabo las posibilidades de que ocurra un fatídico acontecimiento como este son mayores para ellos.

Un refugio debería ser un lugar de paso, algo parecido a un hogar temporal donde los animales sean recuperados y preparados para pasar a un hogar definitivo, pero por desgracia para muchos, su vida acabará entre los muros de una jaula tras muchos años permaneciendo invisible.

 

 

Moro es un ejemplo de este tipo. A pesar de ser un maravilloso compañero, compatible con cualquiera, sumiso y cariñoso, ha pasado desapercibido durante muchos años, nadie ha preguntado por él nunca, ni siquiera las asociaciones extranjeras colaboradoras. Pero Moro ya no puede estar en el refugio y ha llegado su momento. Ha sufrido un grave ataque en su jaula del que ha sobrevivido pero que le ha causado un trauma psicológico grave y lo ha sumido en una profunda tristeza y un miedo que lo paraliza, por lo que su estancia en una jaula compartiendo con otros perros es incompatible con su supervivencia y no tenemos posibilidad de mantenerlo solo. Ahora mismo se está recuperando en una casa de acogida que lo puede tener solo temporalmente, pero si vuelve al refugio será su fin. Moro necesita una familia con urgencia, que le proporcione una vida digna y que le de una oportunidad de ofrecer toda su lealtad, y sobre todo, que le de la oportunidad de salvar su vida. Tiene entre 7 u 8 años y es su última oportunidad.

 

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