Hay una estrella más en el cielo, y no es una estrella cualquiera. Hace unos días que se marchó, no pudo quedarse más entre nosotros.

Nunca pudo haber nadie mejor para aquellos a los que nadie veía, porque sus ojos y su corazón llegaban mucho más allá, sintiendo por estos seres maravillosos lo que sólo otro ser maravilloso es capaz de percibir y sentir.

Christel1

Ahora estará rodeada de nuestros pequeños peludos que marcharon antes que ella, estarán dándole lametones y achuchones, y seguro que ella los besa y acurruca como sabía hacer y juntos están brillando en ese firmamento.

Bendita la vida por haber brindado la suerte a esos seres tan queridos para nosotros a los que les conseguiste el calor de un hogar. Y bendita la suerte por haberte conocido y por los grandes momentos felices que nos has brindado, porque lo mejor de ti ha sido y seguirá siendo motivo de felicidad, algo que guardaremos para siempre en nuestros corazones.

Hasta siempre CHRISTEL HONDENZORG, UPRODEA no te olvidará nunca y serás una luz en el camino de los que te conocimos.